Eunice Santillan Eunice Santillan

La salud interna que hemos dejado de lado

La salud ósea es una prioridad que no podemos ignorar, especialmente para nuestros niños. Comienza hoy mismo: sal a caminar 10 minutos bajo el sol, incluye alimentos ricos en calcio y vitamina D en tu dieta y consulta a un médico para evaluar tu estado. ¡Juntos podemos construir un futuro más saludable!

Llevo cinco años trabajando en registros sanitarios de dispositivos médicos para la reconstrucción ósea en Ecuador. Me sorprende que manejemos cerca de 2200 registros únicamente para reconstrucción de huesos (según la base de datos ARCSA), lo que refleja la alta demanda de estos productos. Además, la proliferación de farmacias y la apertura constante de consultorios médicos son señales de que algo no anda bien en nuestra salud. Las autoridades sanitarias deberían priorizar campañas preventivas y analizar las causas de estos problemas para buscar soluciones efectivas.

Motivada por mi trabajo, decidí explorar la salud ósea desde una perspectiva personal. Compré una balanza inteligente que estima el porcentaje de masa ósea y otros parámetros de composición corporal. Sorprendentemente, ninguna de las personas que he evaluado cumple con los rangos saludables de masa ósea (según los valores de referencia del equipo). Aunque estas balanzas no son tan precisas como un examen médico, los resultados parecen coherentes. El COVID-19 transformó nuestra forma de socializar, y en Ecuador, la inseguridad y la escasez de espacios recreativos al aire libre han limitado nuestras actividades fuera de casa. Como madre de dos niños pequeños, me preocupa su salud y la de toda la familia. Durante y después de la pandemia, el miedo al contagio nos mantuvo confinados, saliendo solo un día a la semana durante los primeros tres años de vida de mi hijo menor (que nació en media cuarentena).

Afortunadamente, existen soluciones prácticas para mejorar la salud ósea. Una de las más simples es salir a caminar, correr, nadar o realizar ejercicio al aire libre. La exposición al sol nos ayuda a producir vitamina D, un nutriente esencial no solo para fortalecer los huesos, sino también para apoyar el bienestar emocional. Cuando la piel se expone a los rayos UVB, convierte el colesterol en vitamina D3, que se activa en el hígado y los riñones. Para obtener estos beneficios, basta con exponerse al sol de 10 a 30 minutos diarios, idealmente entre las 9 y 11 de la mañana o después de las 4 de la tarde.

La vitamina D es esencial para la salud, especialmente en un contexto como el de Ecuador, donde el sedentarismo y la falta de exposición solar han aumentado su deficiencia. A continuación, detallo sus principales beneficios:

1. Fortalece huesos y dientes

  • Favorece la absorción intestinal de calcio y fósforo, minerales esenciales para formar y mantener huesos fuertes.

  • Previene enfermedades como raquitismo en niños y osteopenia/osteoporosis en adultos.

2. Ayuda al sistema inmunológico

  • Modula las defensas del cuerpo, previniendo infecciones respiratorias, gripas frecuentes y reduciendo inflamación crónica.

  • Tiene efectos reguladores frente a enfermedades autoinmunes.

3. Mejora el estado de ánimo y función cerebral

  • Se ha relacionado con menor riesgo de depresión y mejor función cognitiva.

  • Regula niveles de serotonina (neurotransmisor del bienestar).

4. Favorece fuerza muscular

  • Participa en la contracción muscular adecuada, reduciendo el riesgo de caídas, especialmente en adultos mayores.

  • En niños, es clave para el desarrollo de la fuerza y coordinación motora.

5. Salud cardiovascular y metabólica

  • Puede ayudar a regular la presión arterial y reducir el riesgo de enfermedades cardíacas y diabetes tipo 2.

¿Qué pasa si hay déficit de vitamina D?

  • En niños: raquitismo, debilidad muscular, retraso en crecimiento.

  • En adultos: dolor óseo difuso, fatiga, debilidad muscular, mayor riesgo de fracturas, osteoporosis.

Estamos a tiempo de actuar, especialmente en la niñez, de 5 a 12 años, es cuando se forma hasta el 90% de la masa ósea. Aquí tienes una guía práctica basada en cinco pilares:

1. Nutrición clave para formar hueso fuerte

Nutrientes indispensables:

Calcio Componente principal del hueso Leche, queso, yogur, sardinas, brócoli, almendras molidas

Vitamina D Fija el calcio en los huesos Sol, huevo, pescado azul, suplementos

Magnesio Estimula formación ósea Legumbres, plátano, semillas, cacao

Fósforo Da rigidez al hueso Carnes, lácteos, granos

Proteína Construye matriz ósea Huevo, pollo, pescado, legumbres

Vitamina K2 Lleva el calcio al hueso Fermentados (natto, quesos), yema, suplementos

2. Movimiento y carga física

Los huesos de los niños necesitan "microimpacto" para activarse.

Actividades ideales:

  • Juegos al aire libre: brincar, correr, saltar la cuerda, trepar.

  • Deportes: fútbol, gimnasia, danza, karate, bicicleta.

  • Evitar sedentarismo: limitar pantallas a 1–2 horas diarias.

  • Saltar es uno de los mejores estímulos para la formación ósea en niños

3. ¿Cuándo usar suplementos?

Se consideran si hay deficiencia documentada o bajo consumo sostenido:

  • Vitamina D3: usualmente 400–1000 UI/día para niños, bajo control médico.

  • Calcio: si no alcanza la ingesta (800–1000 mg/día en niños).

  • Colágeno hidrolizado + vitamina C: útil en niños con desgaste articular o muy delgados, aunque se usa con menor frecuencia.

  • Suplementos de proteína (en polvo) solo si hay diagnóstico de bajo peso o desnutrición.

4. Control médico y diagnóstico precoz

Es clave encontrar si hay causas secundarias:

  • Exámenes de vitamina D, calcio sérico, fósforo, hormona paratiroidea.

  • Revisar antecedentes de restricciones alimentarias, intolerancias, celiaquía, enfermedades inflamatorias, o uso de medicamentos que debilitan el hueso (como corticoides).

  • Reforzar la ganancia de masa muscular si hay bajo peso.

5. Apoyo emocional y buenos hábitos

  • Muchos niños con bajo desarrollo óseo también presentan baja ingesta por apetito o malos hábitos.

  • Es útil tener rutinas regulares de comida, juego activo, y sueño de calidad.

  • Evitar alimentos ultraprocesados ricos en sodio, fosfatos y azúcar (perjudican al hueso).

La salud ósea es una prioridad que no podemos ignorar, especialmente para nuestros niños. Comienza hoy mismo: sal a caminar 10 minutos bajo el sol, incluye alimentos ricos en calcio y vitamina D en tu dieta y consulta a un médico para evaluar tu estado. ¡Juntos podemos construir un futuro más saludable!

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Cuando la salud de nuestros hijos nos lleva a considerar la suplementación

La suplementación puede ser útil en niños con problemas de salud o restricciones alimentarias, pero debe usarse con precaución. Un exceso de vitaminas puede causar efectos adversos e incluso daño permanente. Siempre es mejor contar con orientación médica, revisar las dosis y evitar suplementar por largos periodos sin control.

Como madre de dos pequeños (de 5 y 6 años), sé lo que es preocuparse día a día por su bienestar. Pero cuando uno de nuestros hijos enfrenta problemas de salud —desde alergias alimentarias hasta trastornos digestivos o dificultades de desarrollo— la alimentación se vuelve un reto aún mayor. En estos casos, la suplementación puede ser una aliada… siempre y cuando se maneje con precaución.

Muchos niños con condiciones médicas tienen restricciones o intolerancias que dificultan una nutrición completa. Por ejemplo, algunos rechazan frutas y vegetales por sus texturas, lo que limita el acceso a vitaminas y minerales clave. En estos escenarios, es comprensible que las madres busquemos otras vías para compensar esas carencias.

Sin embargo, aunque los suplementos son de libre venta, eso no significa que sean inofensivos. La suma de varios productos en un solo día puede generar un exceso de ciertos nutrientes, y ese exceso, lejos de ayudar, puede enfermar. Por eso, siempre es ideal contar con la guía de un médico o nutricionista, especialmente si nuestro hijo ya tiene un diagnóstico médico o está en tratamiento.

Algunas vitaminas, cuando se consumen en cantidades elevadas, pueden causar síntomas alarmantes como vómito, diarrea, fatiga, hemorragias o incluso caída del cabello. En la mayoría de los casos, estos efectos desaparecen al suspender el suplemento, pero una exposición prolongada puede generar daños más serios, como cálculos renales o hepáticos.

Por ejemplo, en niños menores de 8 años, dosis de 500 mg de vitamina C al día —aunque es una vitamina soluble— pueden causar molestias gastrointestinales. El cuerpo elimina el exceso, sí, pero eso no significa que no afecte.

¿Qué podemos hacer como madres?

  1. Revisar todo lo que les damos: leer etiquetas, sumar los miligramos por dosis, y no guiarnos solo por el % de valor diario recomendado (muchas veces no está calculado adecuadamente para niños).

  2. Consultar fuentes oficiales: en Ecuador, por ejemplo, tenemos la norma INEN 1334-2, que ofrece parámetros de referencia, aunque necesita ser actualizada.

  3. Evitar suplementar por largos períodos: a veces unas semanas son suficientes. Luego, lo mejor es observar cómo evoluciona la salud del niño y volver a evaluar.

Si tienes dudas y no puedes acceder a un especialista en el momento, lo más responsable es suspender temporalmente la suplementación. La intención es buena, pero en salud, “más” no siempre es “mejor”.

Como madres, hacemos todo lo posible por cuidar a nuestros hijos. Informarnos bien es también una forma de protegerlos.

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KIT BÁSICO DE MEDICAMENTOS PARA UN VIAJE

Con niños pequeños siempre es mejor estra prevenidos, quiero compartirles los medicamentos que me han salvado en momentos donde por distancia u horario no hubiera podido acceder a medicamentos de manera oportuna.

Supongo que tener 2 niños aún pequeños de (5 y 3 años), me mantienen con la preocupación de adelantarme a cualquier malestar de salud que se les presente, sobre todo si estamos de paseo o un viaje y no conozco dirección o el horario de las farmacias. Mis niños comunican muy poco y a veces solo lloran lo que no siempre es por algún dolor. Sin escribir mucho, aquí les recomiendo mi kit básico de medicamentos de la mochila para salir de casa:

  1. PARACETAMOL EN JARABE 160mg/5ml, esto va para casos de fiebres o dolor

  2. PARACETAMOL SUPOSITOSITORIOS 300mg/dosis, en el caso que se hayan dormido profundamente y sigan con fiebre alta, o si tienen vómitos con fiebre.

  3. VONAU FLASH 4mg, pastillas masticables contra los vómitos

  4. METOCLOPRAMIDA en gotas 2.6mg, para reforzar en caso de vómitos frecuentes

  5. DEXTROMETORFANO 300mg/100ml, si les da tos seca, esa que hacen un sonido como si quieren ladrar (por eso se le conoce como tos de perro) o un sonido como de foca.

  6. AMBROXOL CLORHIDRATO 15mg/5ml, para la tos con flema

  7. LEVOCETIRIZINA 2.5mg/5ml, esto es si tienen muchos estornudos por alergia, si se les irrita la piel o les pican insectos y se nota que han iniciado un episodio de alergías sean respiratorias o tópicas

  8. ALERCET DF Cetirizina 5mg + Fenilefrina 10mg/5ml, si inician con moqueo frecuente sea por gripe o alergias

  9. SIMETICONA 100mg/ml, sea en gotas o pastillas masticables, por si se llenan de gases o tienen molestias estomacales

OTROS MEDICAMENTOS DE USO EXTERNO:

  1. HISTACALM (Óxido de Zinc, Benzocaína) que es una loción de color rosado, para aliviar picaduras de insectos, quemaduras de sol, y otras irritaciones

  2. DIPROGENTA (Dipropionato de betametasona y Sulfato de gentamicina), es una crema que propiedades antibacteriales y efectos antiinflamatorios, bactericidas y vasoconstrictores, además reduce el picor.

Espero esta lista ni tan corta, ni tan larga les sirva en algún momento, las dosis es mejor consultarlas con el pediatra, pero con la medicina a mano, se salva uno de cualquier apuro con los niños.

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